Cuando somos padres, no solo vemos a nuestros hijos, sino también a los pequeños de nuestros amigos o del entorno y son inevitables las comparaciones. Sin embargo, si a nosotros como adultos, las comparaciones no nos resultan simpáticas, mucho menos a los niños.
Los niños necesitan ser considerados y valorados individualmente y es por ello que las comparaciones pueden crear malos sentimientos como por ejemplo envidia o bajada de autoestima.
Qué hacer
Foméntale al niño su consideración como ser independiente y trata de reforzarle siempre lo mucho que vale.
Resalta lo bueno del niño, lo mucho que lo valoras y el cariño que le tienes por lo que es.
Qué no hacer
No le compares con otros niños, esto no es ningún estimulo, y mucho menos con sus hermanos.
No hagas que el niño vea a otros como rivales, sino como compañeros.