Cuando se habla de cómo educar a los hijos sin golpes, no solo se trata de las agresiones físicas, los gritos también son golpes aunque no visibles.
Gritar es una muestra de violencia, tan o más hiriente que los golpes, que suelen crear problemas de autoestima, inseguridad, ansiedad, tristeza y rabia.
¿Qué hacer?
Siempre dirígete a tu hijo con respeto, pues este valor es esencial en todo ámbito.
Demuestra siempre tu empatía y apoyo aun en momentos complejos, recuerda que eres el adulto y el niño no entiende aún muchas cosas.
¿Qué no hacer?
No actúes sin pensar, siempre reflexiona antes lo que dirás a tu hijo y el impacto que podrían tener tus palabras.
No temas mostrar que estas equivocado, si te equivocas en el trato hacia el niño, discúlpate con él.