Icono del sitio Proyecto Arena ONG

Cómo educar sin gritar ni pegar

Hay ocasiones en las que nos cuesta hacer que nuestro hijo nos obedezca y es común recurrir al alzamiento de la voz. El problema es que de esta forma lo que estamos desmotrando a nuestro hijo es inseguridad e impotencia por no conseguir su respeto.

 Por otra parte, para nuestros hijos la disciplina es importante. Los niños necesitan crecer con normas y debemos enseñárselas desde el principio o la situación puede empeorar.

¿Qué hacer?

Háblale tranquilo, de manera clara y sencilla que pueda entenderte fácilmente y sin gritos. En vez de mandar es preferible explicar el motivo de hacerlo.

Intenta convertir ciertas órdenes en juegos como, por ejemplo, quien se come el almuerzo primero (sin pasarse tampoco para que no le siente mal la comida) u ordenar el cuarto de una manera divertida.

¿Qué no hacer?

No le amenaces ni insultes. Tan sólo cuéntale la consecuencia-castigo que tendrá su acción y llévala a cabo.

No lo critiques a él sino a la acción que ha hecho. Por ejemplo: eres malo (mal dicho), te estás comportando mal (bien dicho).

Salir de la versión móvil