Cómo hacer que mi hijo me obedezca sin pegarle

Como padres nos cuesta hacer que nuestros hijos nos obedezcan y en ocasiones puede que recurramos al alzamiento de voz pensemos incluso hasta en pegarles, pero de esa forma lo que hacemos es demostrarle nuestras inseguridades e impotencias al no conseguir el respeto.

Los niños deben crecer con normas y si no las ponemos desde el principio la situación puede empeorar, pero gritarles y pegarles no es la solución.

¿Qué hacer?

Háblale de forma clara sin gritos.

Convierte ciertas órdenes en juegos, como por ejemplo, enséñale a ordenar el cuarto de una manera divertida.

En vez de mandar hacer las cosas «porque lo digo yo» (que en ocasiones es necesario y bueno), si puedes, explícale el motivo de hacerlo de manera simple y corta, y explícale las consecuencias que tendrá su desobediencia. (La magnitud del castigo debe ser similar a la magnitud de lo que no ha hecho o ha hecho mal).

¿Qué no hacer?

No lo amenaces o intentes atemorizarlo.

No lo critiques a él sino a la acción que realice. Por ejemplo: no le digas «es que eres malo» sino «es que te estás portando mal».

No le hagas chantaje. Por ejemplo, «sino no haces esto entonces te castigo con lo otro». Intenta sustituirlo por: «cuando hagas esto bien entonces te daremos tal cosa o podrás hacer tal cosa».